Ya han pasado 38 días desde que nació Lucía. Estas cinco semanas que hemos pasado los tres en casa han sido inolvidables, nos hemos conocido, nos hemos aprendido y ya empezamos a reconocernos. La niña sonríe cuando su madre le habla, yo comienzo a distinguir si llora por hambre o porque le duele la barriga, y Susana y Lucía se han ido sincronizando, puliéndose los brazos, el pecho y las mejillas hasta encajar como dos piezas de un puzzle. Claro como una lámpara, simple como un anillo.
Por desgracia, mañana vuelvo a trabajar y comenzará una vida diferente, la de verdad. La vida después de Lucía. Ahora tengo que aprender a vivir sin olerla a cada instante, sin escuchar ese llanto que hoy me atormenta y mañana echaré en falta, sin mirarla de tan cerca que noto el aire de sus pestañas. Supongo que no será como los dolores de parto, pero seguro que duele estar todo el día sin verla, al menos durante la primera semana.
En teoría, volvemos a la normalidad, a la vida cotidiana, aunque en realidad, nada volverá a ser como antes. Entre los tres tenemos que inventar una nueva vida, crear nuevos hábitos, forjar nuevas rutinas que algún día nos aburran para volver a inventar algo y romper de nuevo la rutina. Y así una y otra vez hasta que Lucía crezca, se eche novi@, se vaya de casa y un buen día nos explique que está embarazada y que ha creado un blog para explicar su experiencia.
Y con esto, creo que ha llegado la hora de poner punto y final a este blog. El chipirón resultó ser una niña preciosa y el diario del embarazo no puede durar toda una vida. Claro que tengo mil cosas que contar, la primera vez que diga papá y mamá, sus primeros pasos, su primera brecha, su primer día de colegio…. pero todo eso, si el tiempo y las ganas lo permiten, será en otro blog.
Gracias por vuestra participación, a los que habéis aportado comentarios y a los que nos habéis leído cada semana. Gracias por las más de 5.000 visitas que hemos recibido en estos siete meses. Hemos disfrutado mucho escribiendo y confío que, algún día, Lucía disfrute leyendo lo que sentían sus padres mientras ella estaba en el interior de la barriga.
Hija, te vamos a querer toda la vida. El diario del embarazo ha llegado a su fin.
SUSANA: Si os fijáis bien en la foto podréis ver que los ojos de David están llorosos. Para él ha sido muy duro poner punto y final a este blog. En realidad es como cerrar una etapa de incertidumbres, deseos y muchas ilusiones. Ahora Lucía está aquí y todo será diferente. Pero estoy segura que David seguirá encontrando la manera de seguir creando metáforas de las que ponen la piel de gallina y de expresar sentimientos que hacen saltar las lágrimas. Todos le agradecemos lo que ha escrito en el blog, esperaremos ansiosos al siguiente!
Yo me despido con un fuerte beso y prometo ser dulce como un bombón de chocolate para mi chipi. GRACIAS A TODOS! HASTA PRONTO!!